Alguien dijo una vez que la imagen no es todo. Es que quién dijo eso poco estaba preoocupado por los consumidores de medios. En el medio del lío de los cacelrolazos aparece la figura dominante de Delía como el perro guardián de la plaza. En ese sentido es que luego repartío algunos ladridos por los medios. Es que mas que una lucha real fue una lucha mediática la que encabezó para dejar en claro que la plaza, como si fuera un árbol, tenía dueño.
No creo que ladrando a los sectores medios logremos su adhesión a este proyecto, y con estas cosas lo único que logramos es su ¿definitivo? alejamiento.
Una política para los sectores medios impone un discurso y se anticipa a los caceroleros. Su victimización solo logra el aglutinamiento de la oposición.
Quienes callan frente a esta circunstancia, ya sean oficialistas u opositores, lo hacen por mera conveniencia. Y lo que es mas grave nunca se sabrá si en realidad son oficialistas u opositores. Si está claro que todo esto que pasó era algo que podía evitarse y lo que es mas grave: era algo que podía anticiparse. Si Don K deja regalada la pelea en los grandes centros urbanos le regala la mitad de la batalla a quienes buscan coronar una política antipopular. Si saca a pasear a los perros a la plaza logrará atemorizar por un rato a los pretendientes de la cacerola pero cuando estos se den cuenta de que el perro no muerde se animarán a mas. A todo esto...¿muerde el perro de la plaza?