Cuando estaba recorriendo el zoo pase por la leonera. Allí un cartel: ¡Peligro! estos animales muerden, decía. Esta obviedad me recordó una anécdota del General que me gustaría recordar con ustedes. El contaba siempre que tenia un amigo que tenia un perro que se llamaba León. Cuando lo llamaba le gritaba "león,león". "Ve, dijo el amigo, lo llamo león y viene. Pero no es león, es perro."
Esto viene a cuento de muchos dirigentes, de los otros y de los nuestros, que mas de una vez cuando hablan parece que cacarean. Y eso que no son gallinas. La indefinisión, el abuso de las formas termina por producir políticos que no parecen ser lo que dicen que son. Y sino miren por ahí que hay un bulldog. No se conoce a quien mordió, ni que cuida y mucho menos hay un amo que se haga cargo de el. Son los tiempos que corren, en donde reina lo aparente, en donde la apariencia conduce la acción y forma la opinión. Es la política sin sustancia. Solo envase para marketing. Solo asi áparecen estos falsos perros.
Seremos leones y no perros cuando lo autentico este en la superficie. Cuando lo profundo no sea lo aparente. Es que la identidad es la que forja invariablemente el destino. No hay destino colectivo si nuestra identidad no esta clara. Y menos exijamos a los dirigentes, que hoy cuando gobierna lo aparente, tenga a sus pies rendido un león.
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